En un mundo donde el ritmo frenético del trabajo, las múltiples responsabilidades y la constante conexión tecnológica nos someten a altos niveles de estrés, debemos reconocer el impacto directo que esto tiene en la productividad y la calidad de vida. Este estrés también puede afectar negativamente las dinámicas de trabajo y las habilidades sociales de los equipos.
Por eso, es crucial enfocarse en la conexión con la naturaleza, fomentar hábitos saludables y sostenibles, y promover la cohesión entre los miembros del equipo para fortalecer relaciones laborales y personales.